Dieciséis del seis

Desactivo la pestaña de deseos de esta maldita noche en la cual todos desean con más fuerza que nunca, incansables y pedantes que piensan que sus deseos se harán realidad por putas fechas dispuestas al azar religiosamente para cumplir sus más míseros deseos, de sus entrañas más malditas negras absurdas negras burdas obscenas...llenas de mierda.
Vomito ante todo aquello que son meras fechas que te hacen recordar, pensar, al azar o no, dispongo de míseros te quieros inciertos, falsos y banales corridos con tinta de otros labios que te jodieron la piel arrugada del tiempo perdido, que nada queda y todo vale para no tener compasión ni sensibilidad ante crueles intenciones escondidas bajo precio bajos con que pagar los precios altos de dejar tu vida atrás con aquella que tanto te quiso y que de nada te sirvió. 

Un gordo me enseñó que los sentimientos se riman y que siempre tienen que tener sentido porque con sólo el sentimiento se dice, se piensa, se siente y se dice cuando quieras a la puta cara todo lo que vomita ante el pecho de aquellos que te han hecho cambiar hasta el color de piel que habitas, aunque no sea tuya ni de nadie, pero siente y te dice:

¿Qué coño quieres más? ¿Me arranco la piel y te envuelvo como si fueras un regalo? ¿te pongo un lazo para el recuerdo y una nota donde la tinta recorra versos?

Oscuros pensamientos que arrastran todo lo que llevas más dentro, dejándote la piel a tiras absorta de aquellos besos que jamás fueron lamidos ni queriendo, lapidando mis deseos dejando un vientre hueco y muerto...añorando que fueran regados sólo con tu aliento y tu fuego. Me cago en los números dieciséis que llevan mi piel al más nublo pensamiento y sentimientos que dejan paso a lamento y una insensibilidad que ya no yace ni donde los muertos. Maldita hija de puta que se ahoga en lamentos: 

¿No tienes bastantes con tus llantos y tu agonía de un futuro incierto a pesar de haberse llevado el más puro de los besos? ¿hasta dónde llega tu tristeza, reina republicana de todo lo muerto?