Los pájaros no entienden de arte

No recuerdo qué música sonaba en mi coche, creo que sería del estilo de Linda Perry o Cowboy Junkies. Parada en el semáforo de una calle cualquiera, una tarde cualquiera, un día cualquiera; observé un escaparate donde el vidrio dejaba ver unos cuadros con precio rebajado. Reparé mis ojos en uno de un jarrón con margaritas con un pan y vino a sus lados; y pensé "Qué bien está hecho, parece de verdad". Son de estos pensamientos que salen solos y parece que a veces ocurre magia, puesto que al momento un gorrión se posó en el mármol del escaparate y miró el cuadro, e intentó picar encima del pan dibujado en varias ocasiones. Pensé "los pájaros no entienden de arte". Luego esperé a que se fuera por si se daba por vencido antes de romperse el pequeño pico insaciable. Me repetí esa última frase varias veces mentalmente, para concluir en que no, que no entienden de arte, puesto que ellos ya por sí solos lo son, y no necesitan nada más. 

A veces una intenta ser más de lo que ya es, sin parar a pensar en que ya somos quizás algo perfecto para otra especie, o para la misma.

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