Corres porque nadie te ha indicado donde está el freno de mano de tu propia energía, la cual desgastas cada día hasta límites que nunca sabes dónde te van a dejar: quizás agotada, quizá despierta, quizá soñando.
Amas cualquier palabra, gesto, brisa, color, sonido, beso, despecho. Mi adorada ladrona de sonrisas, perseguida por testosteronas varias que con arte y joven sabiduría sabes esquivar con dulces movimientos. Cualquier buena noticia te parece la más maravillosa y digna de celebración, la excusa perfecta para seguir sumando agujetas alrededor de los labios.
Eres Vida, palabra, sonrisa, luz, musa de todos los soles, rojo, azul, amarillo, sueños, espera, fuerza, valentía, dibujos, deseo, ilusiones; que te desnudas en piel y versos ante los ojos de quienes te saben mirar bien.
No tienes que demostrar nada a nadie, porque tú misma ya sabes demasiado para tu edad y nadie debería de darte lecciones porque bien sabes que, de la mejor manera en la que una aprende a levantarse, es cayéndose mil veces y mil más, para volver a incorporarse aún con más fuerza y más valentía que nadie.
El viento bajo tus alas te mantendrán siempre allá donde sueñes; firme, poderosa, curiosa, sin marchitarse, dispuesta a todo por el Todo, donde el sol navega y la luz camina sólo sobre tu piel, cueste lo que cueste desde el vientre hasta la muerte.
Niégate a caer, a sucumbir, a escupir, a llorar, a no sentir jamás lo que es la alegría de estar viva. Niégate a seguir los consejos, a no aceptar retos imposibles, a creer que no puedes, a creer que todo nunca cambiará. Quiérete con la fuerza que te rodea, la que emanas. Ama cada momento como si fuera el último en tus días, aunque más allá de la vida y la distancia, siempre permanecerás intacta en la memoria de quienes te miramos bien y no sabemos mirarte de otra manera porque no la hay.
Siéntete libre, poderosa, apoyada, querida, amada, deseada, preciosa, precisa, capaz, melancólica, luchadora, pensadora, amante, fiel, ama, indestructible, incansable, soñadora. Siéntete mar, océano, cielo y tierra, universo y mil constelaciones de los lunares que te besan la piel en cada momento desde hace años. Si unes esos lunares con líneas, formarán las palabras que por ti siento: TE QUIERO.
Para ti, Vida.