Mira que...

Te dije adiós
Con cinco dedos muertos.
Cinco sueños deshechos
Se enredaron en mi pelo.

¡Vivos!
¡No estamos muertos!

Me quedo pelona
En el agujero.
Gritos incesantes
Enmarañados en gestos.

¡Pero te quiero!

Estampida
de los resultados nuestros,
Que sin fortuna
Destierro
Sin destinatarios
Para sus huesos.

¡Te sigo queriendo!

Ahí te quedas sin consuelo,
Triste de ojos negros.

Yo me debo al viento.

Siete colores

Siete colores del arco iris que emanaba de tu pecho voy recorriendo, paso a paso, silencio a silencio. Caminito tierno que me lleva a la verdad de tus besos y que gritan "nunca te extraño" lleno de miedo y celos, ocultando los ojos ciegos que te buscan más allá del todo.

Siete colores para tus recuerdos nefastos, lejanos y permanentemente recordados que, por más que me empeñe, aparecen hasta en los sueños.

Siete colores que pintan tus labios ya deshechos entre mis dedos y acunan tu pelo cobre vestido de silencio en los pliegues de mi pecho.

Rojo para tu sangre.
Amarillo para la tristeza.
Azul para tus sonrisas.
Naranja tus dientes puñales de mi garganta.
Morado para...

Siete colores por bandera,
gritando que te quiero donde tú quieras.
No te creo.
Pues no me creas.

Realmente te amo.

"Creces en libertad, en tu casa con todo el confort y lujos que mereces...hasta que me conoces. Yo te amo, realmente te amo con todo mi ser y lo publico contra viento y marea a pesar de las críticas y las lenguas envenenadas. Lo digo con la boca enorme y con toda mi sangre bombeando en mi interior, aunque haya millones de personas que quieren que me aparte de ti. Y no se cansan los malditos. Existes porque yo te amo, por nada más.

Cuando por fin eres mío, sólo mío y para mí y mi disfrute, termina tu libertad. Te saco de tu casa y de tu confort, ya no hay lujos pero mi amor por ti debería de serlo. Realmente te amo aunque te atraviese un pulmón con una fina daga, pero es que estás tan cabreado y nervioso, mi amor, que sólo así puedo relajarte un poco. No te voy a dar pastillas ni besos ni abrazos; ni tan siquiera juego o diversión. La diversión es sólo mía y para mí: de nadie más.

Te humillo delante de mis amigos, te doy algunos golpes para que se diviertan lo mismo que yo. La mayoría de las veces me aplauden, ¡no te amaré tan mal!

Cuando se cansan de ver que te golpeo y humillo, tengo que pasar al siguiente nivel: tiene que haber sangre. Sí, mi vida, porque existes para eso: para que mis amigos y yo podamos disfrutar del amor que siento por ti tan inmenso.

No me importa darte puñaladas, de ver como gritas y gimes de dolor, no me importa ver como poco a poco vas perdiendo fuerza y vitalidad. Has vivido muy bien todos los años de tu juventud...es justo que tengas una muerte tan honrada. Pueden pasar minutos, horas hasta que la diversión termina...y no me queda más remedio que darte muerte de una manera torpe pero justa: te rompo el sistema nervioso las veces que hagan falta hasta que tus aullidos y la sangre que brota de tu boca cese...pero es que ya, mi amor, ya no me diviertes. Y tendré que pasar a mi siguiente víctima. Con lo que te he amado, y ni siquiera millones de personas saben valorarlo...es una pena, toro de mis amores."

Para ti: TORERO.

POR CABRÓN, MALTRATADOR Y ASESINO.

Brevistoria Vol.1

-Entonces...¿no crees que haya nada infinito?

Escondió un mechón de su pelo detrás de su oreja y esbozó una leve sonrisa.

-No, no lo creo. Aunque...
-Aunque...¿qué?
-...te miro y desearía que sí hubiera algo infinito.

Ella sonrió. Él también, sin dejar de observarla.

Se abrazaron casi fusionándose el uno al otro antes de despedirse por última vez.

Te escribo porque...

...entre el olvido y el quererte prefiero seguir queriéndote.

Aún observo de lejos el banco que sujetaba tu piel mientras hacías lo que más te gustaba, cuando el viento mecía tu pelo y lo escondías detrás de la oreja para que dejara tu rostro totalmente valiente enfrentándote al sol.

Aún sostengo las ganas de tenerte entre los dientes y poder saborearte como los grandes cocineros, que prueban las salsas con delicadeza, soplando y lamiendo, degustando cada ingrediente que forma su cuerpo.

Aún veo tus ojos antes de cerrar los míos con el inocente deseo de poder verlos más claros. Tus ojos verdes, como hierba fresca, hierbabuena que me llena los sentidos y me rellena cada poro de mi piel marchita sin ti, en este rellano infantil como patio de colegio en el que todos juegan, ríen y yo me mantengo solo; solo y buscando tus ojos más allá de los barrotes que me separan de tu mirada y tus caricias...

...Aún las recuerdo, ¿cómo se olvida lo que no se quiere olvidar? ¿Cómo le digo al tiempo que pase deprisa y que deje de ser tan caprichoso y me deje amarte sin esperanzas ni ilusiones, pero a tu lado?

Aún recuerdo reflejarme en tus pupilas sonriendo, empapado de tu alegría y tus tristezas que enmascarabas bien con tu humor carbónico y lleno de sarcasmo y amor en estado puro.

Bajo todos los elementos geológicos de la tierra me encuentro, sumado a tu silencio es el más puro infierno. Me río de los creyentes que temen un castigo peor que el de buscar a quien se ama en todos los ojos del mundo, y ningunos me hablan tanto como los tuyos.

Entre el olvido y el quererte prefiero seguir amándote en el reflejo de mis recuerdos, pintándote en cada cristal y forma similar desde mi propio infierno mientras espero...que no sea tarde nunca, que nunca tardes en hacerme sentir vivo más allá de los simples latidos de un corazón medio muerto.

Tu maldita ausencia me está consumiendo desde dentro, sin importar el tiempo ni el grado de sufrimiento.

Te escribo porque, entre esperarte y buscarte, prefiero seguir sintiendo.

Jugando a los caníbales

Aterrizó sin nombre alguno dejando atrás las noches de desvelo y los sueños partidos. Buscó la felicidad en dosis pequeñas para que su corazón siguiera latiendo y no se volviera a quebrar con su recuerdo. Se esforzaba muchísimo en no recordarla delante de los cereales de la mañana mientras miraba un póster en la pared.

"¿Y tú qué miras? Déjame en paz."

Con penas y pocas glorias volvió a las andadas de no buscar a quien hacía crecer su corazón hasta el infinito. No mirar, no buscarla, no..."porque ella está mejor sin mí, porque tengo que dejarla que sea feliz."

Hasta que sus pupilas se cruzaron y no hubo marcha atrás, ya estaban presos de nuevo el uno del otro. Gota a gota empezaron a jugar a los caníbales, riendo e imaginando qué partes del cuerpo se comerían y deseaban comer del otro. Los silencios. Los suspiros. Los vete y quédate conmigo. Los eres mi todo y yo soy tuyo. Un juego absurdo y tonto que asusta a la muerte por la incertidumbre de no saber qué fin era el de aquellos dos que se amaban en silencio y nadie podía saber nada. El mayor secreto a voces pregonado que sólo delataba sus cuerpos uno enfrente del otro.

"Me desquicias y te desquicio, pero no puedo vivir sin ti en este juego infinito y absurdo."

Amaneció

Amaneció,
Y ya era demasiado pedir.

No sostenía simiente alguno
En su vientre
Más allá de las ilusiones puras
Y conformismos varios
Que dejaban lágrimas
En su más sentido llanto.

Amaneció,
Sin avisar.

Así lo festejaban las golondrinas
Hambrientas de cualquier retal
que el fuego dejó para ellos,
Pero para su vientre
No dejó ningún ascua
Que mantuviera viva
La esperanza de hacerse
Creer viva...
Aún no olvidada.

Amaneció,
Y suspiró una vez más,
Porque sabía que mañana
Volvería a suspirar.

Paz

Te siento a nivel de átomo: pequeña, insignificante e invisible. A veces poderosa y otras ínfima. Desprendes brío y desánimo a la vez, sin suponer sacrificio alguno por tu parte; esperas que todos demos la vida por ti, para coronarnos.

Me he topado contigo en muchas ocasiones sin percatarme de tu presencia presente; sino que, al cabo de una etapa te he recapitulado en mi memoria. Cuando despiertas de una parálisis prehistórica de mentiras con una sola verdad, poco armamento es suficiente para batallar contra tus propios pensamientos. Te dejan el guión en tus manos para que lo aceptes o lo guardes, pero al fin y al cabo para que sea tuyo.

"Piénsalo, piénsalo detenidamente. ¿Quieres ser parte de nuestra obra?",-me susurras mientras sonríes.

Adaptar esas nuevas ideas es ardua tarea, hacerlas parte de ti. Una parte de tus entrañas que antes estaban grises tales como residuos más orgánicos que nunca, vuelven a cobrar vida y sientes tanta conmoción que eres incapaz de reaccionar, como si te hubieras convertido en otra persona en cuestión de horas. Esa eres tú: Paz, que llevabas escondida detrás de muchos velos tupidos y tan estúpidos a la par, que era casi imposible rajarte en dos para salir al escenario y encontrarte detrás del telón todos aquellos sentidos ahí sentados observándote y esperando a que manifestaras algún término que dijera cambiando el acento: "Se TERMINÓ, aquí está mi ternura."

Poco a poco desciendes por los peldaños que te llevan desde el escenario hasta el patio de butacas y, cuando llegas a ese punto, todos te miran con ojos llorosos, serios, sonrientes: pero esa es la verdad; que ya no hay más teatro y no existen las máscaras.

Todo se desarma. Ya te conozco y ya me conoces. Una parte de ti se queda por siempre en cada átomo que me forman; más vieja quizás, no tan guapa como esperabas y tan idiota como pensabas.

Qué burla tan majestuosa la tuya, Paz, que te encontrara en un hospital, en los lamentos y las palabras de lo que antes pensaba borrado de mis órganos. Ahora tocará hablar con Tiempo, para averiguar si puedo recobrar todo lo que me debe. ¡Ah! y gracias por encima de todo a ti, por tanto odio y tanto dolor, por tanta risa y mentira, por haber hecho que abra los ojos de la manera más triste y dolorosa posible: así nunca se me olvidará.




Gracias Paz, por haberme devuelto la mitad de mi existencia, por haberle dado sentido a mis sentimientos y por ahora descansar en cada átomo de mi vida.

Vida

Corres porque nadie te ha indicado donde está el freno de mano de tu propia energía, la cual desgastas cada día hasta límites que nunca sabes dónde te van a dejar: quizás agotada, quizá despierta, quizá soñando.

Amas cualquier palabra, gesto, brisa, color, sonido, beso, despecho. Mi adorada ladrona de sonrisas, perseguida por testosteronas varias que con arte y joven sabiduría sabes esquivar con dulces movimientos. Cualquier buena noticia te parece la más maravillosa y digna de celebración, la excusa perfecta para seguir sumando agujetas alrededor de los labios.

Eres Vida, palabra, sonrisa, luz, musa de todos los soles, rojo, azul, amarillo, sueños, espera, fuerza, valentía, dibujos, deseo, ilusiones; que te desnudas en piel y versos ante los ojos de quienes te saben mirar bien.

No tienes que demostrar nada a nadie, porque tú misma ya sabes demasiado para tu edad y nadie debería de darte lecciones porque bien sabes que, de la mejor manera en la que una aprende a levantarse, es cayéndose mil veces y mil más, para volver a incorporarse aún con más fuerza y más valentía que nadie.

El viento bajo tus alas te mantendrán siempre allá donde sueñes; firme, poderosa, curiosa, sin marchitarse, dispuesta a todo por el Todo, donde el sol navega y la luz camina sólo sobre tu piel, cueste lo que cueste desde el vientre hasta la muerte.

Niégate a caer, a sucumbir, a escupir, a llorar, a no sentir jamás lo que es la alegría de estar viva. Niégate a seguir los consejos, a no aceptar retos imposibles, a creer que no puedes, a creer que todo nunca cambiará. Quiérete con la fuerza que te rodea, la que emanas. Ama cada momento como si fuera el último en tus días, aunque más allá de la vida y la distancia, siempre permanecerás intacta en la memoria de quienes te miramos bien y no sabemos mirarte de otra manera porque no la hay.

Siéntete libre, poderosa, apoyada, querida, amada, deseada, preciosa, precisa, capaz, melancólica, luchadora, pensadora, amante, fiel, ama, indestructible, incansable, soñadora. Siéntete mar, océano, cielo y tierra, universo y mil constelaciones de los lunares que te besan la piel en cada momento desde hace años. Si unes esos lunares con líneas, formarán las palabras que por ti siento: TE QUIERO.




Para ti, Vida.

Enamórate (porque sí)

Enamórate porque te lo has propuesto este año que ha comenzado. Enamórate de aquella compañera de trabajo, de aquel amigo de la infancia, de aquel vecino que siempre ves, de aquella ex que aún no has olvidado o de cualquiera que muestre un mínimo interés por ti. Porque tu reloj biológico está quedándose sin pilas y la naturaleza te exige que dejes descendencia como si la humanidad fuera a extinguirse si tu semilla no pasea por la tierra. Porque las series y películas que ves ya no te llenan si no es con el calor de alguien al lado, que el de la manta ya no te sirve. Porque te gustaría volver a la niñez y que alguien te diera la mano al andar por la calle, no vaya a ser que te pierdas. Porque tus amigos ya tienen sus ligues o parejas y tú has quedado en segundo plano. Porque ya no te escribe por whatsapp ni tu madre para preguntarte cómo estás o si tienes comida para pasar la semana.

Enamórate porque toca y punto. No busques más respuestas. Te has cansado de tu monotonía y de pasar más horas en la calle por las noches que la Luna y prefieres ya la oxitocina de la vida en pareja. Tener a alguien que te escuche, te pregunte, te acompañe, se preocupe, que te cocine, que tenga detalles contigo, que te cuide, que te mime, que te soporte, que te acurruque, que te haga reír, que te...

No porque quieras, porque tú eras feliz en tu vida de locura invencible permanentemente descubriendo nuevos factores de la vida, sino porque ya toca, porque te sientes solo o sola y ya necesitas compartir todas tus cosas con alguien, para que ese vértigo que te da la soledad deje de martirizarte a veces cuando algunas personas te dicen "a ver si te echas novio/a y sientas la cabeza un poquito". Te preocupa que llegue un momento en tu vida en el cual tengas 50 años y todos tus amigos estén rodeados de niños, una casa y un coche que te cagas, un trabajo aburrido y una persona al lado que les soporte. Porque nos han enseñado eso, ¿verdad? Que llega un momento en el que tu vida tiene que frenar en seco y decir "ahora es el momento de sentar la cabeza" (para pensar con el culo).

Nos han enseñado tan fácilmente que tenemos que compartir nuestra vida con alguien y dejar descendencia que ya el simple hecho de llegar a cierta edad en soltería es algo que se vuelve extraño. A esas personas casi que se les mira de reojo y piensan "por algo será" y en sus mentes ya se dibujan mil escenas en las cuales tú mismo/a te pondrías de los nervios.

Estamos rodeados de mensajes subliminales que nos indican que en pareja todo es mucho mejor, desde las películas hasta los anuncios. El deseo, el amor, la complicidad, el sexo, etcétera; todo es más hermoso cuando tienes a alguien a tu lado permanentemente. Hay quienes se obsesionan por encontrar el amor de su vida, compartir todo aquello que aman con alguien...y no se dan cuenta que ya lo están compartiendo: consigo mismos.

Yo te propongo que te enamores: pero de ti. Que ames cada cosa que hagas, que hagas lo que te llene y que eso que te llene lo compartas no sólo con una pareja sino con tu familia, tus amigos, tus mascotas, con todo lo que quieras. En el momento en el que hagas cosas que te llenen estando solo, no sentirás ese peso absurdo del paso del tiempo y la manía social preestablecida de que por cojones serás feliz sólo si tienes a alguien al lado.


Más al lado que tú mismo no hay nadie. Ni lo habrá.

Mientras duermes...

Te observo dormida, y pienso que con lo pequeña que eres cómo puedes sujetar mi mundo entero.

A oscuras aún te veo como los miopes achinando los ojos para agudizar la vista hasta que te defino por completo. Y consigo siempre verte otra cara que me enamora. Aunque estés respirando tu propio pelo y quieras esconderte del mundo. Cae cuidadosamente entre las montañas enanas de tu cara, esas cordilleras que acaricio y recorro con las huellas de mis dedos mientras que sueñas con lo que tu mente quiere desechar para que nunca vuelva.

Pero tú vuelve siempre, no te me vayas nunca. De este sueño conmigo no quiero que te despiertes nunca y que me dejes pertenecer a tu realidad más absurda y por triste que sea que puedas venir a mí cuando tengas frío, sed, hambre, ansia de cobijo entre mis brazos flacuchos y cansados pero nunca de ti.

Pégame fuerte con tus ojos, como sólo lo hacen los olores y que ni el olor a café pueda borrarte de mi memoria. Por las mañanas te observaré con el pelo revuelto en silencio, con los ojos aún dormidos y daré carcajadas internas y saltos de felicidad como sólo lo hacen los niños la mañana de reyes. Y así toda la vida. ¡Qué poco tiempo!

Quiero tus tequieros, tus odios, tu voz, tus silencios, tus sonrisas, tus lágrimas. Prometo jamás confundirte amando tus manías y reproches, amando cada constelación de tu piel, aunque se quede flácida y colgando arrugada riéndose del tiempo.

Mientras duermes me faltan manos para tocarte y labios para comerte, me embobo entre tus poros brillantes y calientes y la maraña de tu pelo, tus labios gorditos haciendo gestos que nadie entiende como si fueras un bebé...y no me queda más remedio que querer fundirme contra ti, más allá de todo lo mundano y desconocido. Más allá del infinito más inmenso, inverso e irreversible.

Mientras duermes...sueña; que yo mientras velaré por tu cuerpo. Me consumiré por tu felicidad y por tus sonrisas al despertar: que son mi mayor meta cada día aunque sean lunes todos ellos.