Cuatro barrotes tiene la celda:
Separados y endebles,
navegan y vuelan
dependiendo del aire
que llega de fuera.
Tempestades pasaron
al acariciar tus piernas,
que se abrían o cerraban
como tijeras
cuando escuchaban
tus palabras.
-Como cantos mudos
de sirena-
Aún se siguen moviendo
cuando alguien abre la puerta.
Cuatro paredes tiene la celda:
Marchitas, oxidadas y negras.
Espías de soledad desierta,
amurallada evitando toda tierra
que derraman tu voz podrida
con palabras muertas.
-Para tu pecho se quedan-
Cuatro muros tiene la celda:
Evitando las sombras
de tus tinieblas.