Día 1 - Mediatarde

Después de comer me he sentado en el sofá rendida al calorcito y al levantar las faldillas de la mesa he visto debajo a William Shakespeare en tanga tiritando, con una calavera con peluca rosa fucsia y mientras le cantaba coplillas de Juanito Valderrama, le dije: Pero oye, Guille, si hay confianza de sobra, ¿por qué no subes y coges una manta o algo? ¡TÁPATE ESO, POR FAVOR!. Me dijo con ojos tiernos: "No tratéis de guiar al que pretende elegir por sí su propio camino". A lo que le pregunté: ¿Tú crees que lloverá o tendremos sequía pa rato este año?. Dijo: "Duda que sean fuego las estrellas, duda que el sol se mueva, duda que la verdad sea mentira, pero no dudes jamás de que te amo". Bajando las faldillas susurré con desgana: Tó me pasa a mí.

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